Tuesday, August 22, 2006

Las prioridades latinoamericanas: el desencantamiento con la democracia

Pido disculpas de antemano por mi demora. Además, este artículo no es sobre la Trinidad. Pero no se preocupen, ya viene. De hecho, ya lo he comenzado a escribir. Me faltar terminarlo y revisarlo. No quiero que sea ni muy complejo ni demasiado largo.

Un abrazo.

La satisfacción con la democracia en Latinoamérica en los últimos diez años ha ido desde un 65% en 1994 a un...65% en 2004. Es decir, a nivel regional, las cosas parecieran no haber cambiado fundamentalmente. Estos son sólo algunos de los datos que hay dado a conocer el Latinobarómetro del 2004. Muchos podrían estar rasgándose la cabeza con respecto a qué significa este resultado. Sin embargo, mientras que es de suprema importancia reconocer el “problema” sacado a la luz con este estudio, al mismo tiempo es importante examinar con cuidado la evidencia.

Al hacer esto, hay algunos datos importantes que debemos destacar para enfatizar que sí ha habido progreso en la satisfacción de la población latina con respecto a la democracia. De los 17 países involucrados en el estudio, 10 de ellos han obtenido un resultado de mayor satisfacción con respecto al año 1996. Argentina es el único país que no ha experimento cambios significativos, mientras que en siete naciones ha aumentado la desilusión. Perú y Ecuador son claramente el foco de esta baja, con un -20 y -21 por ciento respectivamente.

Si bien el caso de estos últimos países es preocupante, de los siete pueblos con una caída en su evaluación de la democracia, éstos son responsables por casi el la mitad de la cifra, por lo que pareciera justo decir que la insatisfacción en América Latina está centrada en unos 4 casos de gran relevancia. En ese sentido, mirando todo el rango de naciones involucradas, el problema no pareciera ser excepcionalmente grave.

Aún cuando la “desilusión” con la democracia no pareciera ser tan drástica como algunos podrían especular, cabe mencionar algunas resultados preocupantes relacionados a las percepciones de grandes sectores de los pueblos latinoamericanos con respecto al funcionamiento de esta forma de “hacer gobierno”.

La insatisfacción al parecer, es palpable para un gran mayoría, en dos áreas en particular: la ejecución de las leyes junto con los diversos problemas económicos de la región.

En muchos países, existe la percepción de parte de la población civil de que el estado es incapaz de hacer cumplir las leyes en algunos casos o en algunas regiones (como sectores rurales). Esta percepción tiene como consecuencia el generar actitudes autoritarias y escépticas con respecto a los gobiernos democráticos. Esto es palpable en los casos de Perú y –especialmente-, Paraguay, donde casi el 59% estaría dispuesto a aceptar un gobierno no-democrático para implementar las leyes con mayor efectividad.

Otra área que es origen de mucha desilusión es la economía. Esto queda claro al ver la cantidad de personas en diversos países que estarían dispuestos a entregar el manejo del gobierno a manos privadas y/o a un régimen autoritaria con tal de que éste sea capaz de resolver los problemas de este tipo. Esta respuesta pareciera apuntar a un tema de gran profundidad arraigada en la ideología neoliberal, que se implementa alrededor del mundo con gran potencia asemejándose a una bola de nieve.

El resultado apunta a una forma de pensar generada por el tipo de desarrollo que se está llevando a cabo en la región. Refleja el énfasis pragmático en la forma de administrar los recursos de las sociedades. Esto, por supuesto, va de la mano con la centralidad de lo material en las relaciones sociales de los ciudadanos de hoy, tanto en Latinoamérica como en gran parte del mundo.


La identidad social hoy en día, ya no pareciera estar fundada en la relación del sujeto con los procesos socio-políticos de su entorno, sino más bien en el mercado. Los estatus y roles tienen sentido sólo desde el consumo, que hay pasado a ser la actividad central de prácticamente todos los seres humanos. Por lo mismo, el funcionamiento de la democracia, para muchos, está supeditado a su eficiencia a la hora de proveer las condiciones necesarias para desenvolvernos en el consumo. Estas cifras deberían servir de una gran advertencia para Chile. Las cifras de pobreza se han reducido a la mitad desde la década pasada, que ha venido junto a un aumento al ingreso per cápita a
la Nación. Sin embargo, aparecemos como uno de los países más dispuestos a cambiar democracia, por seguridad económica.

1 comment:

Todo es culpa de la Minifalda S.A. said...

hola.. no he leido lo que escribiste aun..

solo queria contarte que tengo blog. no creo que escriba mucho, las razones pertinentes las encontraras en el mismo blog..


chau..

ps. llevame el disco al grupo, no voy a AT1 el miercoles, porque es el bday de mi sobrinita, cumple 1!