Sunday, June 25, 2006

Puro dando Judas

Salvando a Judas

“Un documento que podría cambiar la historia del cristianismo”. Con unos slogans llamativos de este tipo, comenzó la publicidad para un programa del canal National Geographic sobre el “Evangelio de Judas”. Los anuncios de este documental se podían ver en distintos puntos de Santiago, advirtiendo que se acercaba una verdadera polémica. Y así parece haber sucedido.

Sin embargo, a pesar de los anuncios casi apocalípticos dirigidos hacia cristianismo, similares a los que se hicieron en torno al evangelio de Tomás y a la reciente novela de Dan Brown “El Código de Da Vinci”, esta creencia sigue bastante intacta. Por puesto, distintas figuras del mundo cristiano han rechazado este documento, haciendo en general referencia al deseo de los medios de sacar provecho de las polémicas que giran al torno a esta ideología. Después de observar toda esta polémica, la verdadera pregunta sigue siendo: ¿Qué hace que el evangelio de Judas sea o no un evangelio legítimo? ¿Por qué Judas y no Lucas o Mateo? ¿Bajo qué criterios se podría determinar si un libro pertenece al “canon” Bíblico? ¿Es siquiera legítimo de hablar en términos de “Biblia”?

Mucha de la controversia desatada gira en torno de la idea que el “canon” Bíblico (es decir, los límites internos de la Biblia) fue impuesto en el cuarto siglo por la iglesia sobre los libros de que lo componen. Es decir, la iglesia la confirió autoridad a lo que ahora conocemos como “Sagradas Escrituras”. De ser así, la inclusión o exclusión de “Judas”, se podría sugerir, fue una decisión arbitraria, tomada por la iglesia para llevar a cabo sus propósitos.

Sin embargo, permítame sugerir que las cosas no sucedieron de esta manera. Creo que lo que ocurrió en el cuarto siglo, fue que la iglesia reconoció la autoridad que ya existía en los textos. Fue un trabajo similar al de un editor, reuniendo bajo un canon los libros que tenían autoridad divina en sí mismos por ser apostólicos, o sea, escrito o autentificado por un apóstol.

Estos libros son reconocibles en cuanto a su coherencia interna. Así es, a pesar de haber sido escrita durante un período de más de mil años, en diferentes lenguajes, en tiempos de guerra y de paz, por personajes ricos y pobres, lo increíble de la Biblia es la relación íntima de las partes y cómo contribuyen al “todo”. El vínculo está, de hecho en el personaje de Jesús, quién es atribuido como el que cumple todas las “escrituras”.

Tanto él como sus seguidores se atrevieron a sugerir que el cuerpo de libros que ahora popularmente conocemos como “Biblia” hablaba de las “buenas noticias” o la muerte en la cruz y la resurrección. De la salvación de Dios dirigida hacia los hombres. Los evangelios canónicos tienen la característica de coherencia con el resto de la “escritura”. Justamente el problema con Judas es que no calza en ninguna parte. Esta desconectada, y sólo puede ser acompañada por otros textos gnósticos, quienes de todas maneras lo contradicen (como por ejemplo, el Evangelio de Tomás”).

Además, como en los textos gnósticos, influidos por el paradigma platónico, hay un desprecio por la realidad física, cosa que entra en severa contradicción con la creencia judía y cristiana de aquél época, donde lo material es valorado como “creación de Dios”. La dicotomía "materia/malo y espíritu/bueno" no existe en las enseñanzas de Jesús.

2 comments:

Daniel said...

Puro dando a Judas? Samuel!

beckalippy said...

Nice blog Sambo.
I have to admit that I was thoroughly disapointed when I actually went to teh national geographic website and read the horribly intriguing, pòssibly world changing Gospel of Judas. National Geographic... I would like to think that they are more objective than some other sources, but the way they played up the Gospel of Judas, is making me think twice. Yes, it was written around the second century, but so were many other gnostic texts... and everyone would rather be a part of that then what the Lord has given us as His Word. Sad.